Volvió a demostrarlo este martes en el partido de la Liga de Campeones contra el Lokomotiv Moscú, en el que fue desequilibrante en el carril derecho y uno de los mejores del encuentro junto al argentino Paulo Dybala, autor de un doblete.
Las lesiones del brasileño Danilo Luiz Da Silva y de Mattia De Sciglio llevaron a Sarri a reinventar a Cuadrado como lateral; una situación de emergencia que se convirtió en una oportunidad para potenciar la peligrosidad ofensiva de la Juventus sin perder garantías a nivel defensivo.
Y es que Cuadrado, que estudia a diario los movimientos tácticos requeridos por su nuevo papel junto a su preparador y ex compañero Andrea Barzagli, empezó su carrera como profesional actuando precisamente de lateral derecho en el Independiente de Medellín, antes de fichar por el Udinese italiano en 2009.
Volvió a jugar en esa posición durante su cesión al Lecce, siempre en la Serie A, pero fue gradualmente evolucionando hacia el extremo derecho, que permitía lucir mejor su gran calidad técnica y su desborde.
Así, en los últimos siete años, en la Fiorentina, en el Chelsea y en la Juventus, Cuadrado adelantó su posición y se afirmó como extremo en un 4-3-3 o en un 3-5-2, en el que tenía responsabilidades principalmente, aunque no exclusivamente, ofensivas.
Un período en el que Cuadrado brilló con un gran rendimiento y en el que hizo historia al conquistar cuatro títulos ligueros y tres Copas Italia con la Juventus. Además dio un paso más este año, al dar muestra de una enorme polivalencia táctica y disposición al sacrificio.
"Seguiré entrenando a Cuadrado como lateral. Igual, si luego le alineo de extremo él ya tiene las capacidades y los conocimientos personales para interpretarlo. Está dando pasos enormes a nivel defensivo de equipo, todavía le falta algo a nivel personal", afirmaba recientemente Sarri, encantado con el rendimiento del colombiano.
"Él debe entrenarse como defensa", agregó el preparador italiano, que contrató a Barzagli, ex jugador juventino retirado el pasado mayo, precisamente para que se ocupe de entrenar los movimientos defensivos de sus jugadores.
Cuadrado permitió a la Juventus no echar de menos las bajas de Danilo y de De Sciglio y se lució en los últimos partidos con unas grandes lecturas defensivas sin dejar de sumarse a las acciones ofensivas y crear peligrosos en la zona de la portería rival.
Una de sus mejores prestaciones en esa posición llegó posiblemente este martes, en la que se convirtió en una auténtica pesadilla para el lateral izquierdo nigeriano Bryan Idowu y en la que ilusionó a la hinchada turinesa con unos detalles de clase pura.
Una nueva 'vieja' vida para Cuadrado, que pese al pasar de los años y a los cambios de posición se mantiene como una pieza imprescindible en los equilibrios del Juventus.