Era domingo y en el estadio no entraba ni un alfiler. El partido estaba empate a dos y Quique Setién decidió meter a Diego Lainez para intentar tener un poco más de pase entre las líneas del Girona y, al final, llegó el penalti.
Lo Celso cayó en el área y el colegiado señaló la pena máxima que acabó transformando Canales, de modo que el domingo trajo dos alegrías: la victoria y el debut de Lainez.
"Es un fútbol muy distinto, pero me voy acoplando. Encarar es algo que me gusta y más si la afición te motiva", dijo el mexicano en el diario 'Estadio Deportivo'.
Al centrocampista se le vio con cara de admiración y de sorpresa tras ver a todos los aficionados cantando al unísono después de escuchar el pitido final: "El ambiente es hermoso. Me gusta que la gente aliente así y estoy muy contento de estar aquí".