Dos equipos con un águila como símbolo. Un duelo fratricida del que sólo podía haber un ganador, y ese fue el local. Un triunfo no exento de polémica, y que sin duda escocerá a los lisboetas por mucho tiempo.
La maldición europea del Benfica ha escrito una página más, porque de haber habido VAR en la Europa League, el resultado podría haber sido bien distinto.
Los primeros minutos nos demostraron que estábamos ante un partido en el que se iba a vender muy caro cada centímetro de terreno. El encuentro fue muy brusco, pero sin caer en la violencia.
Las faltas se sucedieron durante los primeros minutos, y no fue hasta el 12' cuando el Eintracht empezó a generar verdadero peligro. Se hizo con el dominio del balón y el Benfica, quizá confiando en la ventaja de dos goles de la ida, le dejó hacer.
En el 36', la polémica. Mijat Gacinovic disparó con el interior, desde la frontal, un tiro ajustado que el poste repelió. Filip Kostic, solo ante Odysseas, recogió el rechace y marcó a placer.
Se podría culpar a la zaga del Benfica del gol, de haber dejado solo al centrocampista del Eintracht, pero la repetición reveló la verdad. La zaga 'encarnada' estaba tirando el fuera de juego, y lo estaba haciendo bien.
Kostic, Jovic, Da Costa y Rebic estaban los cuatro en posición antirreglamentaria, clamorosamente clara en el caso de los tres primeros, y algo más dudosa en el del cuarto. Pero el gol subió.
El tanto fue un mazazo para el Benfica, pese a su tímida reacción en la recta final del primer periodo. En el segundo, el Eintracht, espoleado por el resultado, buscó el gol del pase, pero enfrente se encontró a un Benfica más serio, consciente de que estaba al filo de la navaja.
Jugaron sin red hasta que en el 67' Sebastian Rode anotaba el gol que daba la clasificación a semifinales al Eintracht. Con el tiempo jugando a su favor, los alemanes se dispusieron a aguantar el chaparrón, y a intentar cazar al contragolpe a su rival.
Los minutos pasaron y la paciencia del Benfica se fue agotando. La recta final no fue apta para corazones sensibles. Salvio tuvo el gol de la clasificación en sus botas. Luego lo tuvo Gedson Fernandes. Pero finalmente esta fue del Eintracht.
La maldición europea de las 'aguilas' lisboetas escribió en Frankfurt un nuevo capítulo, y de la forma más amarga posible, desperdiciando un 4-2 en la ida por culpa de la ausencia de VAR en la Europa League. El Eintracht se medirá en las semifinales al Chelsea, la ida en Frankfurt.