Las armas pueden con La Cerámica

Mendilibar volvió a embrujar a Escribá. El técnico valenciano sigue sin poder con el vizcaíno, que le arrebató la victoria y, de paso, la última posibilidad que tenían los locales de agarrar el tren de la Champions, que queda a siete puntos a falta de lo que haga el Atlético en La Rosaleda.

Y eso que los locales salieron con una marcha más que los visitantes al partido, pero todo cambió al poco de comenzar la segunda parte, cuando una decisión bastante polémica de Ocon Arraiz, colegiado que señaló un penalti más que riguroso de Álvaro a Kike, desquició a los amarillos.

Soriano premia el buen arranque del Villarreal

Salieron con brío al terreno de juego los de Castellón, conscientes de que una victoria les asentaba en Europa al tiempo que alejaban a un posible rival. Un gran centro de Mario Gaspar al segundo palo fue rematado por Roberto Soriano, que se redimía ante su afición de su autoexpulsión ante el Málaga.

Pero el partido, que parecía totalmente de cara para los de Escribá, se fue trabando. El Eibar intentó tomar el mando del encuentro y espoleado por Inui desde banda izquierda, que cuajó un partido sensacional, fue teniendo cada vez más presencia en campo rival, aunque el partido se fue con 1-0 al descanso. 

Nueve minutos de locura

Bastaron 45 segundos de la segunda mitad para que el encuentro cambiase de rumbo. Ocon Arraiz, que ya había sido muy protestado en la primera parte por decisiones algo extrañas, picó y señaló penalti en la caída de Kike dentro del área en un forcejeo con Álvaro. Pedro León, no perdonó desde los once metros.

Poco después, un centro de Mario Gaspar fue interceptado, claramente, por Lejeune dentro del área con la mano. No señaló nada el colegiado, lo que encendió aún más los ánimos de La Cerámica. Poco después, un centro desde banda derecha de Arbilla fue rematado por Kike en el primer palo y la remontada estaba hecha. 

Por si fuese poco, Inui, el mejor del partido, se plantó delante de Andrés Fernández y puso el balón en la misma escuadra. De poco sirvió el tanto final de Roberto Soriano, que dio emoción a los últimos minutos. El Villarreal ve cómo se aleja su sueño de Champions y el Eibar aprieta aún más la lucha por la Europa League.