El fútbol global va abriendo nuevos escenarios en Europa. Uno de ellos comienza a tomar forma en las grandes ligas. Hablamos de las parejas de jugadores japoneses que empiezan a ser una tendencia. La llegada de Yoshinori Muto al Eibar es el último ejemplo de ello.
Y es que en Ipurua se unirá a Takashi Inui, una realidad que ya conocían en el Olympique de Marsella, donde confluyen Nagatomo y Sakai, y el Eintracht de Frankfurt, donde ya estaban los centrocampistas Hasebe y Kamada. Únicamente Italia e Inglaterra se resisten.
Abriendo el foco más allá de las 'ligas top', encontramos más exponentes. Por encima de todos, el Sint-Truiden de Bélgica. Son cinco los futbolistas nipones en su plantel: Matsubara, Schmidt, Suzuki, Ito y Nakamura. Tiene su explicación, ya que en noviembre de 2017 la empresa de Japón DMM tomó el control del club. Hace dos años llegó a haber seis futbolistas del país del sol naciente.
Estos son el resto de casos de parejas en competiciones continentales: Gonda y Koki Anzai (Portimonense); Wermeskerken y Nakayama (PEC Zwolle); Kaito Hayashi y Kiyota (Jezero montenegrino), Kato y Yamamoto (Iskra Danilovgrad montenegrino); Tatsu y Ryonosuke Ohori (BFC Daugavpils letón), y Sentoku y Suzuki (Mladost Ljeskopolje montenegrino).
El hecho de que aparezcan tres clubes de Montenegro con jugadores nipones obedece a la creación del club FK Adrija en 2013 por parte del ex futbolista Pedja Stevovic, quien tras jugar en las categorías ingeriores japoneses y entrenar a varios equipos allí decidió tirar de la cantera asiática para ir dando a forma a ese equipo montenegrinipón, que también cuenta con trabajadores japoneses en su organigrama.