Las exigencias de Gerrard son económicas, para no para su bolsillo. A Gerrard no le convence el proyecto deportivo. A su juicio, el Rangers no tiene plantilla para plantar cara al todopoderoso Celtic de su ex entrenador Brendan Rodgers.
Gerrard habría pedido a la directiva del Rangers una fortísima inversión en fichajes para intentar equilibrar una balanza terriblemente desigual. El Celtic ha ganado su séptima Premiership consecutiva endosándole, además, un humillante 5-0 en apenas una hora al eterno rival de Glasgow.
El panorama en el equipo protestante de la capital industrial de Escocia es desolador ahora mismo, y Gerrard lo sabe. El ex futbolista no parece dispuesto a meterse en ese jardín a cualquier precio y sin garantías ni red.
Si hay un equipo que puede evitar las diez ligas consecutivas que espera encadenar el Celtic, es el Rangers. Si Gerrard lo lograse pasaría automáticamente a ser un ídolo en el Ibrox. Pero ahora mismo eso se antoja una quimera imposible.