Ángel Mena tenía ante sí su gran oportunidad de consagración en un escenario inmejorable: la vuelta en casa de la gran final del Clausura.
Un marco soñado que, por desgracia para el futbolista, se acabó convirtiendo en pesadilla a la media hora de encuentro.
Y es que el ecuatoriano tuvo que marcharse lesionado tras solamente 31 minutos en el campo y, en el momento de salir del terreno de juego, afloraron las emociones.
El jugador se echó a llorar desconsolado, conciente de que no podría ayudar a sus compañeros en su intento de lograr el campeonato.
27 de mayo de 2019