Las Palmas salió con un planteamiento de mayor solvencia en Gran Canaria. Los de Pepe Mel controlaban la posesión y dominaban a un Rayo que se metió en el partido tras los primeros diez minutos de encuentro.
Aunque los visitantes fueron yendo a más, pero sus llegadas eran menos peligrosas que las de los canarios. Cada vez que Las Palmas llegaba al área rival, lo hacía con peligro. Una constante que invitaba al optimismo local.
Pese a que los de Irondo no dejaron de intentarlo, tenían problemas para llegar al área que defendía Josep. Un déficit que lastraba al conjunto visitante, con más fe y urgencia que peligro real en Gran Canaria.
Bajo un clima de intentos valientes del Rayo y juego técnico de Las Palmas, Peñalba cometió penalti sobre Varela. Verza fue el encargado de transformar el penalti en el primer gol para los rayistas justo antes del descanso.
El paso por vestuarios sirvió a Pepe Mel para resetear a sus futbolistas, en aras de buscar una remontada que parecía más lejos en intensidad de lo que realmente estaba por juego visto sobre el terreno de juego.
Apenas se habían cumplido tres minutos de la reanudación, cuando una mano de Morillas dio la posibilidad a Rubén Castro de firmar las tablas y enchufar a una grada que empezó a creer en la victoria.
Sin embargo, Curbelo derribó a Varela dentro del área y el colegiado señaló el tercer penalti del encuentro. Jarro de agua fría que volvió a vertir Verza, firmando un doblete para adelantar de nuevo al Rayo Majadahonda.
Se mascaba la tragedia en Gran Canaria, cuando Sergio Araujo culminó un contragolpe excelso. Recibió un centro de Cedrés, controló con el pecho y definió a la perfección frente a Basilio.
El destino se cebó con el Rayo Majadahonda en el minuto 48 del segundo tiempo, cuando David García envió al fondo de las mallas una falta lateral ante la pasividad defensiva de su rival.