Por excedente de plantilla, por juventud, por aclimación a una nueva competición o por buscar una reacción en el jugador. Son bastantes los motivos para que un club ceda a uno de sus futbolistas, pero pocas las veces que suelen salir tan mal como en algunos de los casos que han ocurrido en LaLiga.
Sin duda alguna, el caso estrella es el de Arda Turan. Su decadencia en el Barça solo fue un entremés para lo que le esperaba en el Basaksehir, donde ha tocado fondo.
No solo por la sanción de hasta 16 partidos que le endosaron, sino por un incidente nocturno que ahora le tiene pendiente de una causa que podría llevarle incluso a 12 años de cárcel. Por lo menos, ahora ha enlazado unas cuantas jornadas seguidas jugando y está siendo protagonista.
La caída en picado es algo que ha saboreado también Aymen Abdennour. El Valencia apostó fuerte por él pagando hasta 23 millones al Mónaco por su fichaje. Pero su nivel tan bajo llevó a determinar que lo mejor era que saliera cedido.
Y eso hizo el club 'che', que lo mandó por dos años al Olympique de Marsella. Tras un primer año flojo allí, este está siendo mucho peor: no solo no ha debutado esta temporada, sino que el domingo pasado estuvo con el filial.
Rubén Semedo fue noticia cuando el Villarreal pagó por él 15 millones de euros, pero más aún por sus incidentes con pistolas incluidas. Estuvo en prisión, pero el Huesca pidió su cesión pensando que se rehabilitaría deportivamente.
Nada más lejos de la realidad; cortó su contrato y ahora ha vuelto a su país para defender los colores del Río Ave hasta el 30 de junio.
Ganso también llegó como apuesta estrella al Sevilla. Avalado por el propio Neymar, la entidad de Nervión abonó diez millones de euros por su pase. Su falta de adaptación le mandó cedido al Amiens, pero allí tampoco funcionó. Acabó contrato y se fue al Fluminese.
También hay casos de futbolistas con cartel en la élite que salieron cedidos y terminarán la segunda parte del campeonato en Segunda División, como es el caso de Álex Alegría o Ivi (ambos en el Sporting).