El portero sólo ha logrado detener 2 de los 28 penaltis que le han lanzado en las últimas cinco tandas que ha tenido que vivir. Frente al Real Madrid, Oblak no pudo detener ni un sólo balón en la agónica tanda que acabó con los merengues como campeones de Europa.
Los penaltis son siempre una lotería, pero el factor psicológico es clave. Los nervios pueden pasar factura... y eso parece ser lo que le ocurre a Oblak.
Sus cifras son increíblmente buenas en un partido de noventa minutos. Frente al Real Madrid, por ejemplo, tuvo un par de paradas que volvieron a dejar latente su imagen de portero seguro.
Pero con los penaltis... la cosa cambió. Oblak parecía paralizado, algo que ya le ocurrió también ante el PSV.
Su objetivo, por tanto, será hacerse fuerte, mejorar en los penaltis y acabar con la estadística. ¿Lo logrará...?