Más de un mes ha pasado desde que el equipo dirigido por el 'Tuca' Ferreti, ausente este martes en el banquillo por su reciente accidente de tráfico, ganase por última vez en el Apertura Mexicano.
Ocurrió un 11 de agosto en 2019, cuando Tigres venció por 3-1 a Necaxa. Entonces los vientos soplaban muy a favor, cosechando nueve puntos de 12 en juego.
El equipo, desde entonces, ha sufrido cinco empates (todos ellos por un resultado de 1-1) y una derrota, una muy sorprendente por la forma y el rival.
Puebla aterrizaba en los aledaños de un 'Volcán' aparentemente en calma y a la expectativa, pero con la certeza de que sobre el papel el encuentro caería relativamente fácil de lado del local.
Y debió serlo, al menos, si medimos el devenir del encuentro en ocasiones. En este aspecto, Tigres mostró una superioridad tan insultante como, a la postre, preocupante...
Las ocasiones, al fin y al cabo, no ganan partidos. Tampoco la mala suerte cuando se alía con uno mismo. Ante Puebla, el palo, en dos ocasiones, pero sobre todo Vikonis, fueron los encargados de rechazar cualquier acercamiento del bando local.
Tigres producía casi por inercia y el conjunto de Juan Reynoso, a la vista de los acontemicientos, se fue haciendo amplio a medida que avanzaban los minutos. Era como llevar una armadura de acero, podrían disparar cuanto quisieran, pero las balas no lograrían su objetivo.
Una, dos tres... hasta siete ocasiones claras construyeron los hombres de Ricardo Ferreti antes del descanso, una dinámica que cambió radicalmente a la vuelta del recreo.
Damm entró por Enner Valencia y el ataque 'felino' se resintió. El ritmo decreció, haciendo más previsible la ofensiva e inspirando a Puebla, que ya se relamía con el empate. Sólo Gignac puso en aprietos a Vikonis en la segunda mitad en una jugada en la que estaba, además, en posición antirreglamentaria.
Y así, concesión a concesión, paso a paso, Cavallini, que entró a poco menos de 25 minutos del final del partido, terminó por provocar la erupción final. Córner a favor, salto y cabezazo a la red. El fútbol puede ser muy simple.
El gol en contra inauguró unos segundos de tímidos silbidos en las gradas, pero rápidamente estadio y jugadores volvieron a fusionarse para dar un último arreón. De nada sirvió.
El resultado deja a ambos equipos a una distancia de cinco de puntos. Tigres, herido, se pone a tiro de pieda de Atlético San Luis, pero mantiene su plaza de acceso a la 'Liguilla'.