“Yo juego únicamente para Dios y, cuando siento frustración, la acepto y trato de mejorar para demostrar que lo puedo hacer mejor y, si salgo del equipo, volver. Mi coraje es a toda prueba. Nunca se puede abandonar”, explicó de manera contundente el atacante holandés, nombre del día por el tremendo derechazo que se sacó en el último minuto del partido.
Queda claro que es un hombre bastante religioso y que de esa fuente emana la energía que le da vigor dentro del terreno de juego. Hace falta bastante para tumbar al PSG, que encajó su segunda derrota en el campeonato galo.
Con todos los focos apuntándole, se mostró feliz "tanto por la victoria como por mi gol en un partido tan importante para el club y con el estadio lleno", relató Memphis Depay, que cree que todos los halagos son merecidos: "Honestamente, jugamos bien y demostramos a nuestro público que no les teníamos miedo".
A ocho puntos del Paris Saint Germain, el equipo lionés se puede permitir el lujo de seguir soñando para continuar acechando al conjunto de Unai Emery, aunque la empresa sigue estando bastante empinada.
"Dans la gueule du Lyon" en Une de @lequipe ce lundi 22 janvier. pic.twitter.com/LtkTFG4uho
— L'ÉQUIPE (@lequipe) 21 de enero de 2018