Como se dice popularmente, de la alegría al llanto hay un paso. Y aunque Fede Fernández no lloró, le tuvo que doler de lo lindo.
Corría el minuto 41 del primer tiempo entre Swansea y Liverpool, el partido que cerraba la Jornada 24 de la Premier League, cuando Mawson aprovechó un balón suelto en el área de Karius a la salida de un córner para poner el 1-0 en el marcador.
Los jugadores del equipo galés lo celebraron como locos. Marcar es una alegría, pero hacérselo al Liverpool, en un partido que muchos daban por ganado a los 'reds' sin bajarse del autobús, aún más.
Y la euforia se desbordó. Los 'swans' se agolparon en torno a Mawson, y entonces Naughton se tiró a la montonera, con tan mala suerte que hizo que Fede Fernández le pegase un cabezazo al autor del gol.
De golpe al argentino se le quitaron las ganas de celebraciones. Había pegado con el tabique, a la altura de los ojos, en la frente de su compañero, y se hizo un desagradable corte, de esos que duelen a rabiar.
Tuvo que ser atendido en la banda, y el primer tiempo terminó sin él. Nunca hubiera imaginado que se pudiera pasar de la alegría al sufrimiento tan deprisa.
22 de enero de 2018