El Barcelona sonrió en Hungría y en el descanso ya tenía el partido prácticamente sentenciado. En realidad, los de Ronald Koeman necesitaron 28 minutos exactos para que Messi no se preocupara.
Tras las dos jugadas prácticamente calcadas para los goles de Griezmann y Braithwaite, al 'Mosquito' le dejaron lanzar desde los once metros para que siga recuperando la confianza que tanto le hace falta.
El danés le ganó la carrera a Frimpong y el defensa le derribó cuando ya se iba solo. Braithwaite quería tirar la pena máxima para firmar el doblete, pero fue compañero y aceptó dejarselo al francés.
Dembélé lo lanzó de maravilla, puesto que engañó a Dibusz, y también confirmó que está en racha en la Liga de Campeones. El 'Mosquito' suma tres tantos y dos asistencias en los cuatro choques que ha disputado en esta fase de grupos.