El Bayern arrasó al Fortuna Düsseldorf en la primera mitad. Se marchó con un 3-0 al descanso, una gran sensación de dominio y un apabullante control de la posesión. Pero el último sorbo, en el minuto 43, resultó escandaloso.
Robert Lewandowski culminó una traingulación soberbia que él mismo había iniciado con un taconazo para habilitar a Joshua Kimmich dentro del área. Por el retrovisor, vio a Thomas Müller, a quien también le cedió el cuero con la espuela.
Y este, a su vez, casi clona el mismo tipo de pase, aunque esta vez fue más con el interior para la llegada del polaco, que marcó a placer, con el meta ya vencido.
Una auténtica exhibición de un equipo que está de dulce y que no para de sublimar el fútbol y proclamarse candidato a ganarlo todo este año.
Además, el gol sirvió para que Lewandowski batiera a uno de los pocos equipos con los que aún no había podido en la Bundesliga.
30 de mayo de 2020