Lo peor de todo, es que la patada de Bartra, en la cara del ariete polaco, fue inintencionada.Se equivocó, porque hizo juego peligroso al alzar demasiado la pierna, pero en ningún momento fue a golpear a Lewandowski.
Vio la amarilla por eso, y el delantero del Bayern terminó tendido en el césped, sangrando por la nariz. Una acción que indignó a Lewandowski, quien pidió con insistencia un castigo mayor.
"Me vio clarísimamente. Era tarjeta roja. ¿Por qué no la vio? Buena pregunta. Si llega a golpearme más fuerte, hubiera necesitado mi máscara otra vez", espetó tras el partido.
Polaco y español se las tuvieron tiesas durante todo el partido, aunque recibió más y mejor Bartra, por extraño que parezca. El central del Borussia, en lugar de marcar su territorio e intimidar al rival, se dejó comer el terreno y acabó por los suelos en más de una ocasión.
En la más dura, un planchazo, Lewandowski fue amonestado. Por eso, cuando al final de la primera parte ocurrió esta acción que tanto indignó al polaco, todos pensamos que Bartra se había cobrado su venganza.
Pero no fue así, aunque a Lewandowski le doliera igual. Está claro que no quiere volver a tener que usar protección, como ya le sucedió hace un par de campañas.