Jack Livermore tuvo un duro contratiempo en 2015. El futbolista, por aquel entonces en el Hull City, equipo que abandonó hace unos meses, perdió a su hijo recién nacido.
Eso le llevó a coquetear con las drogas, concretamente con la cocaína. En un control se le detectó un positivo, pero la FA, consciente de lo que pasaba, prefirió no hacer sangre y lo pasó por alto.
Desde entonces, viaja por el país contando a los jóvenes su experiencia, para evitar que ellos caigan en las drogas. Él mismo lo desveló en una entrevista que le hizo hace unos meses el diario británico 'The Sun'.
"No es algo que me parezca fácil, pero es por una buena causa. He encontrado a los niños receptivos y eso te da un estímulo y te hace querer seguir haciéndolo. Esto es solo el comienzo de lo que me gustaría hacer. No solo ayudar a evitar caer en las tentaciones, sino a enfrentarse a las decepciones. Todo el mundo tiene su propia historia. Ahora tengo hijos y quiero que vean mi carrera futbolística y se sientan orgullosos de su padre", aseguró.
Livermore está muy agradecido por volver a los 'pross' y espera que la afición sienta orgullo. "Es un sueño volver, espero que mi país esté orgulloso. Es bueno devolver algo como cuando yo lo necesitaba, tuve la suerte de recibir ese apoyo", concluyó un futbolista que cayó, pero se volvió a levantar.