En su partido 400, Marcelo ha jugado el partido perfecto. Brilló durante los 120 minutos que duró el encuentro y asistió a Cristiano para que hiciera su 'hat trick' a placer tras una impresionante cabalgada en la prórroga.
Pero no sólo fue clave arriba. Lo fue aún más en defensa. Salvó en hasta dos ocasiones al conjunto blanco. Primero en el minuto 8, cuando se lanzó para repeler el disparo de Thiago dentro del área con su espalda. Después, sacó en la línea de gol un remate de Robben con la cabeza.
Dos intervenciones que bien pudieron marcar el signo del encuentro y haber cambiado el ganador de una apasionante eliminatoria de cuartos ante el Bayern Múnich.
Eso sí, Robben le hizo sufrir en varias ocasiones en defensa, pero el lateral brasileño se repuso con varias apariciones estelares en ataque.