Al Khelaifi ha demostrado que no le ha temblado nunca el pulso para retener a sus figuras. Una rigurosidad que sirve como advertencia a Neymar y Mbappé, cuyo futuro en el Parque de los Príncipes volvió a cuestionarse tras el enésimo revés en Champions League.
Aunque ninguno ha admitido públicamente su deseo de abandonar el PSG, el interés del Real Madrid ha generado cierto nerviosismo en los aficionados franceses. Un temor que no se ha contagiado en el club, desde donde otean el próximo mercado con la misma tranquilidad de las anteriores.
Primero fue Edinson Cavani quien pidió salir de París. La respuesta del PSG fue negativa, amenazándole con sentarle en la grada durante toda la temporada. Una situación que no se llegó a dar porque el uruguayo reflexionó y se centró en seguir compitiendo.
Tras el primer tímido contado de rebelión, Marco Verratti fue un paso más allá en su deseo de poner rumbo al Camp Nou. Donato di Campli, ahora ex agente del jugador, afirmó que el italiano era "un prisionero del emir de Qatar". Unas declaraciones que acabó desmintiendo.
Adrien Rabiot, sin embargo, no reculó y ha pasado un año apartado del equipo. Las sospechas sobre un posible acuerdo con el FC Barcelona por sus negativas a renovar un contrato que expira este 30 de junio, motivaron al PSG a sacar al francés del vestuario.
Una situación que Véronique Rabiot, madre y representante del futbolista, se encargó de denunciar: Es un prisionero, pronto le darán pan seco y agua y lo meterán en la mazmorra. Otros que están lesionados pero que pueden ir al Carnaval de Río al otro extremo del mundo".