Ernesto Valverde, protegiéndole para la Champions League ante la Roma, optó por reservar a Leo Messi en el banquillo frente al Sevilla, pero el guion obligó a recurrir al '10' para evitar la primera derrota en LaLiga.
Mientras calentaba, el delantero argentino vio a Muriel anotar el 2-0. Sin embargo, el colombiano tuvo la 'irresponsable' idea de celebrarlo frente a Leo, que se ejercitaba en la banda antes de saltar al césped.
Según las imágenes de 'El Día Después', durante el camino hacia el banquillo para despojarse del chándal, el banquillo del Sevilla, confiando en su triunfo, bromeó con él espetándole: "Eh, tranquilo, eh", con un tono de guasa del que se cree victorioso.
Miró, esbozó una sonrisa y saltó al campo. En Sevilla no se quedaron los tres puntos, pero aprendieron que no hay que dar por muerto al difunto y menos celebrar antes del pitido final en la cara de Leo.