El pasado verano, el Atleti se convirtió en uno de los equipos más activos en el mercado de fichajes. Se hizo con jugadores de la talla de Trippier o Joao Félix, entre otros, y vendió a Griezmann, la que era su figura, al Barça.
Sus refuerzos fueron de entidad y si llega a cerrar a Rodrigo Moreno, la delantera ya sí que imponía respeto entre los rivales. Pero todo se frenó por culpa de Correa y Diego Costa, que no abandonaron el conjunto rojiblanco.
Rodrigo llegó a despedirse de sus compañeros y al final se tuvo que quedar. El destino ha querido que, tras anotar el tanto que clasificó a España para la Euro en Noruega, visite este sábado el Wanda Metropolitano en busca de su estreno goleador en LaLiga.
Desde que arrancó la temporada, el delantero valencianista no ha podido celebrar nada y está con muchas ganas de hacer cosas ante el equipo que lo pudo fichar.
Delante tendrá a los Morata, Costa y Joao Félix, un tridente más que letal que tratará de reivindicarse ante su público.