Fue uno de los mejores entrenadores de la historia: conquistó 13 títulos nacionales de liga, nueve copas nacionales y dos Recopas de la UEFA con el Dinamo de Kiev, además de ser llevar a la URSS a ser subcampeona del Campeonato de Europa de la UEFA en 1988.
Lobanovskiy fue un extremo izquierdo que se especializó en marcar saques de esquina de forma directa y ganó con el Dinamo el primer campeonato soeviético de la historia del club en 1961.
A los 30 años se convirtió en técnico y llevó al Dnipro Dnipropetrovsk a la élite. Pero volvería al Dinamo en 1973 para romper el domingo de los equipos rusos en la Primera División Soviética, llevando a su equipo a ganar la Recopa de la UEFA 1974-75, algo que repitió al año siguiente.
Pero no sólo los títulos que ganó hacen relevante al ucraniano, sino sus métodos. De hecho, fue un visionario e introdujo en los entrenamientos períodos de alta y baja intensidad.
Además, su 'librillo' se caracterizó por pedir jugadores de presión alta que fuesen capaces de moverse en distintas posiciones. Para él lo más importante era que los futbolistas supiese cómo jugar sin balón y prescindía de los que no lo hacían.
Lobanovskiy falleció en 2002 y tanto el estado del Dinamo como una calle de Kiev llevan su nombre.
Shevchenko, ex delantero del Dinamo y de la selección de Ucrania, afirma que el técnico no dividía a los jugadores en defensas y atacantes, sino que desarrollaba todas las habilidades de todos. "Lo más importante que aprendí de él es que sólo puedes conseguir resultados si crees en ti mismo", afirmó.
Lobanovskiy se gano la admiración de Marcello Lippi, ex entrenador de la Juve e Italia, Beckenbauer, ex jugador y técnico del Bayern y Alemania, y Aragonés, ex seleccionador de España. Todos ellos le consideraban un gurú de los banquillos, alguien que contribuyó enormemente al desarrollo del fútbol.