El Barcelona pasó de ganar por cero goles a tres a irse con un punto de Balaídos. Todo ello debido a una segunda mitad en la que el Barcelona se quedó, como dijo De Jong, sin "personalidad".
El Celta tiró de fe y carácter porque se creyó que podía llevarse un punto y remontar esos tres goles en contra. Y así fue. Poco a poco, el Celta fue golpeando un muro que acabó derribando.
Al delantero del Celta le llegó un pase perfecto al borde del área estando completamente solo. El '10' ya tenía la mirada clavada en la portería y golpeó de primeras y con la rosca perfecta para alojar el balón dentro de la red.
El esférico fue haciendo un curva que sorteó a Ter Stegen, golpeó en la cepa del poste y se coló dentro. El meta alemán lo rozó con las manos, algo que fue insuficiente.
Aspas, preso de la euforia, se quitó la camiseta, la tiró al suelo y se fue a celebrarlo cerca de la afición. Todos sus compañeros se fueron hacia su referencia ofensiva por un punto que supo a una victoria.