Desde el primer minuto quedó claro qué equipo de los dos quería el triunfo, y cuál se conformaba con el empate. El Betis empezó el partido avasallando al Girona, tratando de imponer su fútbol desde el minuto uno y en busca del gol.
Entre las ocasiones del Betis en el arranque, siendo la más clara un fallo de Bono al ir a despejar ante Canales, alguna que otra para el Girona.
El Betis bombardeó la meta rival, pero conforme pasaban los minutos su dominio del balón fue estéril. La zaga del Girona dejó de conceder ocasiones, y el partido se embarró en el centro del campo.
Una primera parte de color verde y blanco
Las ocasiones, mediado el primer tiempo, llegaron únicamente en forma de disparos desde media y larga distancia, con la excepción de dos del Betis.
La primera, cerca de la media hora de partido, cuando Loren se plantó ante Bono y el portero del Girona le sacó el balón estirando la pierna justo a tiempo.
La segunda, algo más de cinco minutos más tarde, cuando Inui, a dos metros de la línea de gol, remató al cuerpo de Bono un balón que la esquina llena de hinchas verdiblancos desplazados a Montilivi ya cantaba como el 0-1.
Y una segunda similar
El descanso le sirvió al Girona para aclarar ideas. Eusebio se pasó el primer tiempo de pie junto a su banquillo, cariacontecido, sin entender qué estaba fallando. En la otra bancada, Setién se desesperaba por tantas ocasiones desperdiciadas.
Porque al Betis le está costando mucho hacer gol. Llevaba tres goles en cinco partidos, y dos de ellos fueron en la anterior jornada, en el empate a dos contra el Athletic Club.
El segundo tiempo reactivó al Girona. Dieron un paso al frente los pupilos de Eusebio, pero únicamente para ser sometidos por el fútbol de toque de Quique Setién.
El control del Betis sometió al Girona
El ritmo decayó con el paso de los minutos y la señalización de faltas, pero ni eso ayudó al Girona. El Betis, pese a la mejoría de los locales, se adueñó de nuevo del partido, y parecía que el gol estaba al caer, como durante gran parte del primer periodo.
Pero en esta ocasión llegó. Francis se internó hasta la línea de fondo y puso un centro al borde del área pequeña, lo suficientemente fuerte para que no llegase Bono, pero sí para que Loren metiera la rodilla para adelantar al Betis.
La respuesta del Girona fue contundente: contragolpe y remate de Stuani desde dentro del área que pegó en la madera. Tembló la portería de Pau, y se estremeció el beticismo.
Trardía reacción local
Los cambios entonces terminaron por cortar el ritmo de juego, y el Betis, con su juego más pausado y sin prisa, lo agradeció. Pasaron los minutos y en la recta final al Girona le entraron las prisas.
Había entrado Doumbia, y antes Aleix García y Patrick Roberts, y en los útlimos cinco minutos de partido entre ellos y Portu y Stuani, metieron el miedo en el cuerpo al Betis.
Portu estuvo anulado todo el partido por Sidnei, pero el central verdiblanco se vio superado por su par en esta recta final. Eso sí, la sentencia estuvo en las bota de un Joaquín que disfrutaba de su victoria número 100 en Primera.
El veterano futbolista verdiblanco tuvo, en el 89', la mejor del partido, gol aparte. Un buen remate con efecto que se estrelló en el larguero de Bono, para evitar que pudiera celebrar su efeméride con un golazo.
Entonces llegó el arreón final del Girona. Y apareció el mejor Pau para salvar los muebles, sobre todo con un espectacular paradón a un cabezazo de Stuani.
Sufrió el Betis en los cinco minutos del tiempo añadido lo que no padeció en los 90 anteriores, pero logró amarrar el 0-1 y llevarse los tres puntos de vuelta a Sevilla.