1. Giampero Combi
Este guardameta italiano no superaba el 1,72 de altura. Pese a ello, era tan bueno que es considerado uno de los mejores porteros que jugaron tanto en la Juventus de Turín como en la selección 'azzurra' con la que se proclamó campeona del Mundial en el 1934. En esa cita rindió a un nivel tan alto que fue una pieza fundamental para que su país se hiciera con este título por primera vez en su palmarés.
2. Frantisek Planicka
Pese a que apenas rozaba el 1,70 m de altura fue todo un símbolo del fútbol del Este. Capitaneó a aquella Checoeslovaquia que fue finalista del campeonato del Mundo en el año 1934 pero perdió con la Italia de Combi, con quien el de Praga compartía una gran rivalidad por ser los mejores guardametas en aquella época.
3. Guyla Grosics
Futbolista húngaro de 1,77, fue el más alto de todo este artículo. Resultó clave en el la consecución del récord de imbatibilidad durante 33 enfrentamientos por parte de la selección magiar en los años 50. Su mayor virtud fue el gran manejo de pelota con los pies, motivo por el cual actuó como portero-líbero en la salida de balón durante gran parte de su carrera.
4. René Higuita
Este cafetero de 1,75 metros está considerado como el meta más loco de todos los tiempos, puesto que se atrevía a salir hasta el mediocampo para robarle el esférico al rival, ir a cabecear córners al área rival cuando restaba mucho tiempo por delante, o sobre todo por despejar con los talones un remate en un amistoso ante Inglaterra, cuyo movimiento fue bautizado como 'El Escorpión. Este movimiento marcó un antes y un después dentro de este deporte rey.
5. Jorge Campos
Este futbolista mexicano de 1,73 metros comenzó en el fútbol profesional como delantero en el Pumas de la UNAM, pero en el 1990 ya se colocó en la posición de portero. A veces alternaba esta posición con la de atacante. Destacaba por su gran juego de pies, sus rápidos reflejos, su gran salto y especialmente por las extrañas elásticas que se enfundaba en los encuentros.