El caso paradigmático es, sin duda, el de Claudio Bravo. Fichó al veterano arquero chileno por 18 millones, procedente del Barcelona. Le libró de ser suplente de Ter Stegen, pero Bravo no se esperaba lo que la Premier le iba a deparar.
Fue fichado para ocupar el puesto de Joe Hart, el capitán de la Selección Inglesa al que Guardiola condenó al ostracismo en forma de cesión al Torino. Un movimiento que extrañó a todo el mundo en su momento y que, echando la vista atrás, cuesta de comprender.
Bravo comenzó con el paso cambiado y pronto Guardiola se vio obligado a sentarle y dar minutos al aún más veterano Willy Caballero.
Bravo ha jugado al final 22 partidos de Premier, 4 de Champions y 4 de FA Cup, pero es que Caballero ha disputado 17, 5 y 2, más otros dos de la EFL Cup. Son cifras que dejan en evidencia a Bravo y, sobre todo, a Guardiola.
Porque nadie en Manchester entiende que te cargues al capitán de tu equipo para traer un portero que a tu juicio es mejor, y termine siendo la gran decepción de la temporada.
Otra gran decepción de Guardiola ha sido Nolito. Otros 18 millones para traerse a la Premier al gaditano, para que juegue 19 partidos de liga.
Como él mismo ha dicho, jugó en la primera mitad de la temporada y de repente pasó a no contar para Guardiola.
Por Ilkay Gündogan se pagó algo más, 27 millones, y rindió bien hasta que se rompió la rodilla. Esta vez no es culpa de guardiola, pero suponen otros casi 30 millones con nulo rendimiento.
Stones fue la inversión más grande del pasado verano en el City. Costó más de 55 millones de euros. Ha jugado 27 partidos, 23 como titular, y ha sido una temporada mediocre, siendo generosos.
Se esperaba mucho más del jugador por el que media Premier peleó a brazo partido durante dos largos veranos.
Por Sané, el Schalke percibió 50 millones. Y tampoco ha tenido un protagonismo destacable. Ha jugado bastante, pero sólo ha sido titular en 20 de los 26 partidos de Premier que ha jugado.
Otro jugador al que apenas ha sacado rendimiento Guardiola, pese a que ha sido catalogado como uno de los veinte mejores centrocampistas de la temporada en Inglaterra.
El que sí le funcionó a Pep fue Gabriel Jesús, llegado en invierno, pero una inoportuna lesión le ha hecho perderse casi todo lo que restaba de temporada.
Y es que si repasamos el once de la temporada del City, sólo se salva Sané de los llegados el pasado verano. El resto, los otros 10, son jugadores que ya estaban en el equipo.
Eso nos dice dos cosas, que o bien la Premier es mucho más dura de lo que pensamos (inexcusable sólo en el caso de Stones), o que Guardiola ha perdido el ojo para fichar, si es que lo ha tenido en algún momento, lo cual da para otro tema.