Zidane regresó al Madrid consciente del giro de tuerca que el club debe dar en la parte deportiva. La temporada tocó a fracaso demasiado pronto y en las manos del francés está poder hacer del cuadro blanco, nuevamente, un equipo ganador. Habrá salidas, aunque el entrenador blanco no quiere hablar de "limpieza".
"Hay que respetar a los jugadores que están aquí y han hecho muchas cosas. Hablar de limpieza es una falta de respeto. Cambios habrá que hacer, pero ya habrá tiempo", dijo en su última comparecencia Zidane, que además deberá estar pendiente en las próximas semanas de la situación de varios cedidos que, salvo una venta prematura, regresarán en verano.
Los hay que, salvo giro radical, no tienen apenas opciones de seguir vistiendo de blanco. Uno de ellos, Odegaard. El noruego ha regalado el oído a Zidane últimamente y, pese a que su carrera ha crecido en el Vitesse, apunta a una marcha posiblemente definitiva. Tiene buen cartel en Holanda y el club podría sacar rédito económico por él.
También vuelve Kovacic, aunque 'Marca' señaló la frialdad de su relación con Zidane. Es un jugador con polivalencia y buen mercado, lo que unido a los rumores de fichajes en el centro del campo, podrían propiciar una salida. Lunin, cedido en el Leganés, regresará tras una infructuosa temporada. Lo lógico es que vuelva a ser cedido.
Arriba, dos regresos muy distintos. Por un lado, el pujante De Tomás, que ha demostrado que Primera no se le queda grande. Por otro, Mayoral, que no terminó de ser indiscutible en el Levante. Además, hay que sumar a un Theo Hernández al que Reguilón le ha podido cerrar las puertas salvo que Marcelo haga las maletas. Otros, como Tejero, Febas, Óscar Rodríguez o Sergio Díaz tampoco tienen sitio.