Javier Tebas no gusta a nadie, al menos al nivel del aficionado al fútbol. La imagen que quiere dar a la LFP no convence y ha llevado a que enemigos ancestrales como los 'Riazor Blues' y el 'Frente Atlético' estén de acuerdo en una cosa: que viva el fútbol, pero que viva sin Tebas.
Es el principal candidato a ser el nuevo presidente de la LFP, cargo que abandonó hace unos días tras dimitir. Su intención era volver al cargo con un respaldo mayor de los clubes, y parece que va a lograrlo.
Porque de los 42 equipos que integran LaLiga (los 20 de Primera y los 22 de Segunda), únicamente cinco se han atrevido a plantarle cara, a decirle 'no'.
Dos de ellos militan en Segunda, tres lo hacen en Primera. Zaragoza y Elche, dos de los clubes más castigados por el fútbol-negocio, son los equipos de la división de plata que se oponen a que continúe Tebas al mando.
El Eibar, el Athletic Club y, sorprendentemente para muchos, el Real Madrid, son los tres de Primera. El 'no' de los dos clubes vascos era hasta predecible, pero el del Madrid no tanto.
Porque precisamente los 'ultras' del Madrid han sido de los más perseguidos y arrinconados, incluso por su propia directiva, que lleva jugando con ellos al 'despiste' desde que Florentino Pérez se hizo con el control absoluto de la 'nave blanca'.
El resto de clubes, pese a que en los estadios se clame por la marcha de Javier Tebas (¿en qué estadio no se ha escuchado el ya famoso '¡Tebas vete ya!'?), han dicho sí. Una actitud muy cuestionable, que poner por delante del interés del socio y aficionado el modelo económico y deportivo que quiere imponer Javier Tebas al fútbol español.