Todo empezó con el traspaso de Cristiano Ronaldo. Fue fichado en 2009, pero el Madrid ya trató de vestirlo de blanco dos años antes. Y las formas del club español no gustaron a los ingleses.
La falta de cláusulas en el fútbol inglesa obliga a llegar a acuerdos con los clubes, y éstos los suele forzar el Madrid haciendo que los futbolistas se declaren en rebeldía.
No hizo falta en este caso, pero el United se vio casi forzado a vender al astro luso en 2009. Una negociación demasiado larga y demasiado tensa que pasó factura a las relaciones futuras.
Porque había habido traspasos entre ambos clubes con anterioridad, como el de Beckham, pero ninguno tan traumático como el de Cristiano.
En 2013, blancos y rojos tuvieron otro encontronazo, éste puramente deportivo. Fue en una eliminatoria de Champions. Se jugaba la vuelta de los octavos en Old Trafford, y el United defendía el 1-1 logrado en el Bernabéu.
El club inglés salió a defender la mínima ventaja que le daba el gol en campo contrario, y Ramos ayudó con un autogol. Pero el arbitraje de Çakir, polémico como pocos pero que, curiosamente, no se recuerda en la gran lista de infamias arbitrales europeas, terminó desquiciando a los de Ferguson.
Expulsó a Nani por una dura entrada sobre Arbeloa y el Madrid, como le gusta en Europa, remando contracorriente, remontó la eliminatoria. Una eliminación que no sentó nada bien en Manchester.
El frustrado fichaje de De Gea en agosto de 2015 fue el tercer desencuentro entre ambos clubes. Estaba hecho, aunque el United no quisiera desprenderse de su portero, pero al final, en el último minuto, todo se fastidió.
Las críticas de la directiva inglesa a sus homónimos españoles fue épica, y las risas que este episodio generó aún resuenan en algunas cavernas.
Otro fichaje, el de Pogba, enfrentó a ambos equipos. Esta vez era por hacerse con los servicios del jugador, no por quitárselo al otro. En el United siempre han tenido la sensación de que el interés blanco nunca fue real.
Tenía el centro del campo más que cubierto, no había sitio para Pogba, y tenían la sensación de que era todo una táctica para inflarle el precio. Al final, 120 millones de euros tuvo que pagar el club inglés.
Y, por último, al menos por el momento, el desencuentro por Morata. Los 'red devils' querían un delantero centro, y Morata, sin la titularidad garantizada en el Madrid, era su hombre.
Pero el club blanco pedía 90 millones, 10 más que lo que llegó a ofrecer el United. Al final no hubo acuerdo y el que llegó a Old Trafford fue Lukaku por 85.
Se dice que en esta ocasión fue el United el que utilizó al Madrid, en este caso, para abaratar a Lukaku. Por su parte, Morata se fue a Stamford Bridge por los 80 millones que el Madrid rechazó al United.
Como vemos, la mayoría de los casos son diferencias de criterio a la hora de fichar. La rivalidad deportiva ha pasado a un segundo plano, por el gris lustro que vive el United. Veamos qué tal este año, que los 'red devils' vuelven a la Champions. Pero antes, la Supercopa de Europa.