Hay tantas cosas a las que responder que el Barcelona ha preferido retrasar la presentación de Abidal para que todo sea perfecto. Para que ninguna pregunta incómoda de la prensa pueda pillarle en un renuncio.
Porque otra cosa no, pero Abidal se ha encontrado con una tonelada de trabajo a su llegada al que fuera su club hace unos años.
Para empezar, tendrá que responder por el 'no' de Griezmann al Barça, cuando muchos lo daban por hecho. La precipitación de varios actores, como el presidente Bartomeu, ha dejado al Barcelona en una situación muy delicada.
También será cuestionado por el resto de posibles fichajes, como Lenglet, De Jong o Pjanic. O la llegada de Arthur, esperada para dentro de seis meses, pero que podría ser adelantada por necesidad (y Abidal lidiará entonces con las acusaciones de falta de previsión, claro).
No le faltará trabajo a Eric Abidal durante el verano, está claro. Y su trabajo empezará por dar la cara por culpa de sus predecesores en lo que debería ser un acto de inocente presentación.