La postmodernidad nos ha traído de todo, y entre las modas encontramos la de allanar lo prohibido. El gusto por lo abandonado. La adrenalina de las alturas. Y todo ello, combinado, a poder ser.
Es lo que han hecho este grupo de chavales, colándose a primera hora de la mañana, mientras Madrid se despereza, en lo que queda del Calderón.
Subieron varios vídeos y fotografías a la cuenta de Instagram en la que cuelgan sus 'hazañas', y tacharon el antiguo estadio del Atleti de su lista de objetivos. Era territorio conquistado.
Pero la aventura podría salirles cara. Porque según 'Mundo Deportivo', la empresa encargada del derribo, Erri Berri, estaría pensando denunciarles a la Policía Nacional.
La empresa, y no el Atleti, sería la denunciante. Los jóvenes, con su allanamiento, habrían violado, además de una propiedad privada, innumerables normas de seguridad (entre otras cosas, caminaron sin seguridad alguna por las vigas a medio demoler de la cubierta).
No es la primera vez que tienen un encontronazo legal. El Ayuntamiento de Talavera de la Reina les denunció hace un par de años por escalar el Puente de Castilla-La Mancha, el más alto de España, sin permiso ni las medidas de seguridad requeridas.
El desenlace de aquel suceso no trascendió, pero parece que no aprendieron del tirón de orejas que las autoridades les dieron entonces.
Lo suyo no es gamberrismo, pues no vandalizan las estructuras que trepan. Pero sí es un comportamiento peligroso e imprudente, que por desgracia está empezando a costar algo más que un susto a más de un imitador de estos 'exploradores urbanos'.