Según varios medios del país asiático, esta medida habría sido acatada por el combinado nacional porque los tatuajes se ve como una parte de la cultura decadente. Por otro lado, el Partido Comunista ya prohibió el hip-hop.
Uno de los jugadores de China más afectados en el encuentro ante Gales fue Wei Shihao, que con 22 años se tuvo que vendar el brazo entero para que no se le viese el tatuaje. Otro fue He Chao, que se buscó una manga adyacente para taparlos.
Lo que sorprende es que está medida no se lleva a cabo en la Superliga, por lo que futbolistas pueden mostrar sus tatuajes sin ningún tipo de peligro. Aun así, la Federación prefirió que en esta ocasión fuese así.