Escoger a un jugador profesional para que tome el mando del vestuario no es siempre una buena opción, ya que las responsabilidades pueden superar a las condiciones personales. Hay apuestas y apuestas.
El holandés Ruud Gullit pertenecía a la nómina principal de Chelsea en 1996, cuando fue escogido como técnico de sus propios compañeros. Su misión duró hasta 1998, dando paso a otro compañero en el comando del vestuario 'blue'.
Gianluca Vialli fue el segundo jugador profesional que se convirtió en entrenador de una institución, provocando sorpresa en los aficionados. A comienzos de 1998 se hizo cargo de la conducción de Chelsea, convirtiéndose en una figura exitosa por conseguir tres títulos.
Sergio Batista también forma parte de esta selecta clasificación, puesto que en All Boys cumplió la doble tarea de jugar y dirigir a sus pares. Luego, tuvo la posibilidad de seguir creciendo y fue campeón olímpico con Argentina en Beijing 2008.
El cuarto ejemplo de un hecho de estas características fue George Weah, quien dirigió a la Selección de Libera (2000.2002) a la vez que jugó en Manchester City y Olympique de Marsella. Lamentablemente, no logró clasificar al Mundial de Corea y Japón 2002 con su país.
El quinto caso lo protagonizó Romario (2007-2008), que fue director técnico de Vasco da Gama en el momento que pertenecia al mismo plantel profesional. Su experiencia no fue positiva, y tomó la decisión de no volver a dirigir a un equipo.
Otra estrella que se destacó por la complejidad de estos cargos fue Paul Ince. El inglés ocupó el doble cargo en Macclesfield Town FC, conjunto que militaba en el Football League Two. Allí se retiró sin más, no resultando exitoso su paso al mando de la escuadra.
Uno de los grandes talentos mundiales que fue doble profesional es recordado por los seguidores del fútbol. Ryan Giggs se hizo cargo de los últimos encuentros de Manchester United a finales de la temporada 2013-2014, reemplazando a David Moyes. Hoy dirige a Gales.
Por último, Keisuke Honda corona esta selección. El japonés acaba de firmar su contrato con Melbourne Victory para integrar el plantel, a la vez que se convirtió en el entrenador de la Selección de Camboya. El nipón es acechado por la prensa tras comprometerse con la nación asiática.