El Athletic hizo honor a su apelativo y derrotó con bravura a un Barcelona que fue de menos a más, pero que acusó las numerosas lagunas que tuvo a lo largo de todo el choque.
No son los azulgranas un equipo fiable esta temporada, mucho menos fuera de casa. El Athletic lo supo y presionó hasta la extenuación a un Barcelona que, con dos regalos, trasladó al fútbol el día de los Reyes Magos y estuvo a punto de poner en peligro la clasificación a los cuartos de final de Copa.
No lo hizo por una nueva acción salvadora de Leo Messi, el verdadero Rey Mago del partido, pues en menor medida Neymar y, sobre todo Luis Suárez, no hicieron acto de presencia por el portal de Belén metafórico en el que se convirtió San Mamés.
La noche va de regalos.
Tras un aviso de San José y otro de Piqué, el Athletic dio primero. Pérdida absurda de Iniesta en el centro del campo y contragolpe vertical del conjunto bilbaíno que acababa con un centro de Raúl García y un remate a placer de Aduriz ante un Ter Stegen totalmente descolocado.
No se lo creían los locales, que, en pleno homenaje a Yeray, vivieron el éxtasis del 2-0. Iniesta complicó a Jordi Alba y su despeje lo convirtió el Athletic en una triangulación mágica gracias la que Williams fusilaba al portero alemán. No había pasado ni un minuto desde el tanto de Aduriz.
Parecía que el Barcelona iba a repetir el 4-0 de la Supercopa de 2015, pero los azulgranas se recompusieron y trataron de dominar poco a poco al Athletic. Los locales acabaron sufriendo en la primera mitad y, ya con el tiempo cumplido, Etxeita derribó a Neymar en un clamoroso penalti que Fernández Borbalán se negó a señalar.
No estaba para regalos el colegiado, pero sí el Athletic, que se empleó con dureza extrema tras el paso por los vestuarios. Una dura falta de Raúl García -la enésima- a Neymar dio origen al tanto salvador de Messi. El argentino apuntó y disparó a un Gorka mal colocado que se metió en la portería con el balón.
Un Barça inoperante ante nueve.
El tanto acabó por despertar al Barcelona, que se metió de lleno en el partido, máxime cuando Raúl García fue expulsado por una nueva entrada a destiempo sobre Neymar. Antes, el propio brasileño pudo hacer el 2-2, pero Gorka realizó la intervención de la noche en un contragolpe bastante bien llevado por los azulgranas.
No fue decisivo con sus acciones Neymar, pero sí con su juego, pues a 10 minutos del final provocaba una nueva expulsión, de nuevo por doble amarilla, en una pugna con Iturraspe.
Al Athletic se le acababa la gasolina y trataba de frenar a base de faltas a un Barcelona que dispuso de bastante tiempo para empatar contra nueve, pero que no encontró el camino del gol hasta el descuento, cuando Messi se topó con el palo de Gorka.
No hubo milagro para un Barcelona que mereció algo más, y es que parece que la Estrella de Oriente estaba esta semana en Madrid y no en Bilbao. Todo se decidirá en la vuelta.