Todo empezó cuando se conoció la alineación inicial del Madrid. Cuatro delanteros invitaban a pensar que el partido sería una goleada. ¿Experimento o miedo a sentar a Benzema?
Y hubo goles. Vaya si los hubo. Y no precisamente contra el Legia. Rápidamente un jugador fue el señalado...
El Legia remontó, y Zidane movió el banquillo de una manera inexplicable.
Error, claramente. Y, para colmo, Cristiano seguía desaparecido. Lo de Mendizorroza fue un espejismo.
Aunque claro, la razón podría ser otra: el ambiente en las gradas.
El Legia tocó el cielo con el tercer gol, pero pese a terminar empatando, lo celebraron como si hubieran ganado la Champions. El rival invitaba a ello.
En la 'casa blanca' la situación no es tan feliz. De hecho, algunos dedos empiezan a apuntar a Zidane. El Madrid gana, sí, ¿pero a qué precio?
Y esta será tu cara mañana en el trabajo/clase si no viste el partido y por alguna razón no consultaste el resultado en nuestra app.