Las bajas temperaturas en Valladolid obligan a cuidar el césped del José Zorrilla con mucho cuidado. Fue lo que ocurrió tras el último choque de la primera vuelta de la Liga Santander.
Con todo el estadio vacío, cuando todas las almas se habían ido a sus casas, los operarios instalaron unas lámparas con distintas luces para tratar de recuperar el césped del José Zorrilla.
No es el estadio del Valladolid el único que opta por estos mecanismos para cuidar el verde. También se ha visto en el Nuevo San Mamés, donde el frío y la lluvia estropean el tapete.
De esta forma, el conjunto blanquivioleta quiere reparar la imagen dañada en partidos como el del Barcelona, el año pasado, o las críticas de sus propios jugadores sobre el estado del césped.