Fueron, sin duda, las acciones más polémicas del primer tiempo. El City reclamó no uno, sino dos penaltis a su favor. Penaltis que se fueron al limbo tras pasar por el filtro del VAR.
La primera ocurrió en el minuto 13. Lindelöf tocó con el brazo un balón que le llegó de rebote. Para el colegiado , Anthony Taylor, primó el hecho del rebote a la posición antinatural del brazo del sueco, y ni se acercó al VAR a revisar la acción.
Tampoco lo hizo poco después, cuando en el 19' Rashford caía en el área de Ederson. Stones le encimó y Bernardo Silva chocó con él. El árbitro nada pitó, pero el VAR, tras revisar la acción, avisó de la zancadilla que el colegiado no vio en directo.
Lo señaló a instancias del VAR, y Rashford lo convirtió, para desesperación del City. Una desesperación que iría 'in crescendo' cuando al filo del descanso los 'citizens' volvieron a verse agraviados por la apreciación arbitral.
Porque otra mano dentro del área de De Gea se quedó sin ser señalada. Esta fue de Fred, quien tocó el balón con el antebrazo al tirarse para tapar el centro de Walker.
Tenía la mano apoyada en el césped, pero la posó justo cuando el balón le golpeaba en ella. De nuevo el colegiado primó sobre la infracción la ausencia de intención de cortar con el brazo la jugada.
Tres jugadas que podrían haber hecho que el primer tiempo fuera muy distinto, y que sin duda provocarán más de una rabieta en la orilla azul de Mánchester en caso de que el City pierda el derbi.