Salió revolucionado el cuadro de Iván Ania al verde de El Alcoraz, buscando dar un golpe sobre la mesa y sorprender, pero poco tardaron los locales en bajarles los humos. En cuanto tomaron la pelota, no la soltaron y combinaron a las mil maravillas para mantenerse como dominantes.
Cocinaban a fuego lento las ocasiones los de Míchel, mientras que los santanderinos optaban por una cocción rápida. El mejor chef fue Ferreiro, que, muy incisivo en el ataque, a punto estuvo de marcar un golazo 'a lo Robben' pegándole a la pelota con el interior de la zurda.
Pasaba el tiempo y la tónica no cambiaba, pero fueron los azulgranas los que se llevaron un susto antes del descanso. Lombardo puso un centro de falta que Nuha remató con el empeine en boca de gol. Se le fue el disparo muy arriba, pero le sirvió para dejar a las gradas temblando.
Las tornas se igualaron conforme avanzaba la segunda mitad y el encuentro estaba teniendo de todo menos goles. Ocasiones, ritmo, emoción, llegadas... Nada era capaz de derrocar el 0-0 que el destino les impuso a los dos clubes. Honores, dicho sea de paso, a las defensas, que estuvieron correctas.
Pero entonces apareció Cejudo para esculpir una obra de arte con un disparo de derechas que entró, con efecto, por la escuadra de la puerta de Yáñez. La jugada fue de Yoda, que se hizo hueco por la derecha tras superar a un rival y habilitó a su compañero con un pase raso.
En la postrimería, los oscenses no dejaron de buscar el empate con constantes llegadas al área rival. Tuvieron el premio del gol en una gran diana de Ivi sobre la bocina. En la última jugada del partido, batió a Luca con un derechazo que el portero llegó a tocar, pero no pudo evitar que entrara.