Pero el defensa francés del Atlético ha cumplido. Podía haberse quedado en casa, evitar el viaje y descansar, pero seguro que él quiso estar en el estadio pese a todo.
De hecho, el que no haya tenido que jugar es una buena noticia para el Atlético. Su presencia en el terreno de juego, al menos hoy, sólo hubiera estado justificada por una lesión o una expulsión.
En sólo siete horas cambió Madrid por Leverkusen, una pequeña ciudad al norte de Colonia de poco más de 100.000 habitantes. Un viaje express que demuestra su compromiso con el equipo, porque seguro que sabía de antemano que no iba a ser titular.