El Dinamo de Kiev tendrá que buscar nuevo entrenador. Lucescu ha dimitido del cargo 96 horas después de haberlo asumido. La culpa, de las críticas de los ultras del conjunto ucraniano.
El hecho de que Lucescu sea una institución en el Shakthar Donetsk, el principal rival del Dinamo de Kiev, ha hecho que los aficionados más violentos la hayan tomado con el entrenador rumano.
"Es imposible para mí trabajar en un ambiente hostil, sin el apoyo de los ultras, a quienes el club necesita desesperadamente en estos momentos", dijo Lucescu en unas palabras recogidas por el periodista Emanuel Rosu.
Deseaba Lucescu "poder volver a trabajar en una competición" que le gustaba desde hace varios años. "Quería mucha emoción en las gradas. Ucrania se lo merecía. No puedo aceptar que los aficionados trabajen en contra de su propio club", firmó.