Luis Suárez ya es uno de los grandes goleadores históricos del Barcelona. Está a solo cuatro goles de igualar a César, quien fue, hasta la llegada de Messi, el máximo artillero de la historia azulgrana. Pero Suárez tiene algo que pocos tienen: sus goles valen su peso en oro.
El charrúa lleva 190 goles en 270 partidos. Sale a un gol cada 120 minutos de juego. Una estadística soberbia, pero lo mejor lo encontramos si indagamos un poco en sus datos.
Sus 190 goles los ha anotado en 134 partidos diferentes. En 29 ha hecho algún doblete, en nueve, un 'hat trick' y en tres ocasiones ha firmado un póker. En 93 partidos ha anotado un único gol.
Siguen siendo unas cifras bárbaras, pero lo que esconden una capa estadística por debajo es aún más fascinante. De esos 134 partidos en los que Suárez ha marcado, 120 han sido victorias.
Casi el 90% de los partidos en los que Suárez marca, el Barça gana. 12 fueron empates (el 8,9%) y solo en dos ocasiones los azulgrana fueron derrotados. Cuando marca, el porcentaje de derrotas es de solo un 1,49%.
Las dos veces que el Barça cayó habiendo marcado Suárez fueron a domicilio. En A Coruña primero (un 2-1 contra el Dépor, el 12 de marzo de 2017) y en Valencia después (el famoso 5-4 contra el Levante que privó al Barcelona de terminar invicto la Liga de 2018).
Cuando Suárez marca, en el 98,5% de los partidos el Barcelona suma al menos un punto, pero suelen ser tres. Ahora, con la vista puesta en la recta final de la atípica temporada, el Barça parece que le va a recuperar para la causa desde el primer minuto.
Y no podría haber llegado en mejor momento, con Messi entre algodones tras su lesión de este viernes. Suárez, que parecía destinado a perderse el final de la temporada por su operación tras la Supercopa de España, ha vuelto cuando los azulgrana más necesitan de su estadística de goles, para poner lo que procurará que sea un broche de oro a la que estaba destinada a ser su mejor temporada en el Barcelona.