El Manchester City estaba rondando el área de Lopes desde el comienzo de la segunda mitad. Kevin De Bruyne salió como una moto y se echó una vez más el equipo a la espalda.
El belga fue poco a poco calibrando su punto de mira y probando al portero lionés. Los dos primeros intentos más serios los hizo con sendos lanzamientos de falta.
Uno se le marchó ligeramente desviado, mientras que en otro Lopes no hizo uno de sus mejores despejes. El City se venía arriba al ver que el Olympique de Lyon cada vez ofrecía más espacios en defensa.
Y fue en una de ellas donde tres de los magos del City se juntaron para lograr el empate. Mahrez, Sterling y De Bruyne hicieron lo que mejor saben hacer cada uno.
El franco argelino filtró un balón lleno de calidad para el inglés, que llegó a línea de fondo y dejó a un rival por los suelos, vio al belga llegar en segunda línea y puso un pase de la muerte que no desperdició.