En 2017, antes del desembarco de Quique Setién a orillas de la ciudad del Betis, Mandi era considerado un fichaje fallido por la cúpula verdiblanca. De hecho, se llegó a hablar de una posible marcha que pudiese abrir un hueco en la zaga sevillana.
Sin embargo, con el técnico cántabro al mando del equipo, el argelino ha acatado un rol de liderazgo. Mandi se ha afianzado en el perfil diestro de la defensa de tres y se ha convertido en pieza clave a través de la cual se articula la posesión que tanto busca Setién.
Su importancia en el equipo se ve reflejada en la cantidad de minutos disputados. De diez encuentros, el defensa ha sido titular en nueve, disputando todos los minutos de cada uno de los partidos. Se libró en el Villamarín ante el Dudalange, donde tuvo descanso decretado por su entrenador.
"Uno de los mejores jugadores del equipo", lo describió Setién el pasado verano. Y es que se trata de un jugador hecho a la medida de su entrenador, durante los primeros compases de la temporada, según 'AS', fue el cuarto jugador de la Liga con más pases completados, por delante de futbolistas de la talla de Rakitic, Kroos o Sergio Busquets.