El Liverpool demostró ser el equipo con más gasolina. Klopp decidió rotar, dejó en el banquillo a Salah y Firmino y metió en su lugar a Shaqiri y Origi. El resultado: gol del suizo y doblete del belga.
No fueron sin embargo los protagonistas de un partido que duró 45 minutos, los que decidió el Liverpool que se jugasen. Fue un Mané al que dejaron solo en el tridente y que demostró por qué es uno de los mejores del mundo.
Exhibición de Mané
Anfield, que en la previa pidió el Balón de Oro para Van Dijk, acabó haciéndolo para Mané. El senegalés firmó 45 minutos escandalosos, de los que poner una y otra vez en Youtube y sirven para mejorar el contrato.
Comenzó el Liverpool con el pie en el cuello de Marco Silva y no lo quitó hasta el descanso. Comenzó el show de Mané con un precioso pase a Origi en una contra que aprovechó el belga para poner el primero.
Después de que el colegiado le perdonase la vida a Alexander-Arnold, Mané decidió que iba a seguir siendo su día, y con un pase magistral filtrado a Shaqiri permitió al suizo sumar un nuevo gol.
La última vida del Everton
El Everton no iba a vender barata su piel. Saben los 'toffees', en el que puede ser el último partido de Marco Silva, que un derbi siempre da una última oportunidad. Y por medio de Keane cogió aire.
El golpe del Everton no dejó noqueado al Liverpool, que volvió a tumbar a los 'toffees' con dos nuevos goles antes del descanso. Primero con un nuevo pase largo, esta vez de Lovren a Origi, para que el belga sumase el cuarto de la noche en Anfield.
No quiso quedarse Mané sin su gol. Si antes había dado una exhibición con el control y pase, esta vez lo hizo con el control y disparo. Como si estuviese jugando al FIFA, como si fuese un videojuego, Mané en una rápida contra se sumó a la fiesta goleadora tras una combinación con Alexander-Arnold y ante un Everton que cogió una vida extra con el disparo de Richarlison.
De la guerra a la tregua
Sobraron los 45 minutos. Se firmó una tregua en el descanso, se dejaron la intensidad y los goles en el vestuario y se pasó a un fútbol control. Solo en los últimos minutos se vieron ocasiones clamorosas para uno y otro equipo.
Finalmente, y tras un gran recorte de Firmino, Wijnaldum firmó en el tramo final el tanto que dio la tranquilidad a un Anfield que vibró y que sueña con conquistar su primera Premier League.