Uno llegó como estrella, el fichaje más caro de la historia de la entidad. El otro, avalado por su experiencia y su pasión a la hora de jugar. Coutinho y Vidal, Vidal y Coutinho. El brasileño, siempre impulsado por la confianza de su entrenador, vive sus momentos más complicados como azulgrana. El chileno, por su parte, podría renovar próximamente.
Sus caminos no son comunes, al menos de momento. Vidal encajó desde el primer momento pese a no ser un teórico titular. Congenió con el vestuario, con Messi, y ha demostrado darle igual jugar 90 minutos que 15. Siempre juega con el corazón, mete la pierna a riesgo de perderla. Es una solución perfecta para el 'Txingurri'.
A Coutinho, que ha sido 32 veces titular, no le salvan ni sus más que correctos números: once goles y cuatro asistencias. Siempre se le ha pedido mucho más, posiblemente por el alto coste de su traspaso. Se le ha ido perdonando su inacción en determinados momentos, pero la afición no pasó por el aro tras su última celebración frente al United.
Trató de arreglarlo el brasileño, pero el daño entre buena parte de los seguidores parece hecho. Incluso se habla de una posible salida en verano, aunque parece descabellado pensar que el Barcelona se arriesgue a perder dinero apenas un año y medio después de su fichaje. Con Dembélé ya recuperado, a Coutinho le vienen apretando.
Con Vidal, algunas voces hablaron del riesgo que corría el Barcelona a causa de su temperamento, a veces desmedido. Sin embargo, su aclimatación ha sido perfecta. Todo lo contrario que un Coutinho al que se le acaban las balas para reencontrarse consigo mismo y, lo más importante, consagrarse de una vez con una afición que todavía le está esperando.