Seguramente, Leo Messi sea el mejor futbolista de siempre o el más cercano a alcanzar tal estatus. Como mínimo, se encuentra a la misma altura de Pelé y Maradona. Con este último 'La Pulga' se compara día sí, día también. Ha superado a Cruyff y Di Stéfano. Y tiene 30 años.
Messi ha pulverizado todos los registros habidos y por haber, pero Cristiano no le va a la zaga y va camino de conseguir los mismos Balones de Oro del futbolista que hace 12 años cambió el concierto futbolístico mundial e histórico.
El fútbol de Leo, sus jugadas, goles imposibles, su impagable visión de juego y sus cientos de exhibiciones en los estadios míticos del mundo marcan la diferencia. Pero el hambre de Cristiano es de otra planeta. Otra leyenda.
Y, pese a sus numerosos méritos, Cristiano Ronaldo no se encuentra en este debate sobre los mejores de la historia cuando ha pisoteado todas las marcas de un Di Stéfano que sí goza de un lugar en el olimpo del fútbol.
Cristiano es el goleador histórico de la Champions, ha marcado más goles que nadie con la camiseta del Real Madrid y lo ha ganado todo a nivel de clubes. Sólo le falta un Mundial para terminar de decorar su infinita vitrina.
A sus 32 años, el delantero portugués sigue siendo el mismo caníbal, una bestia competitiva que sigue queriendo más. Sólo hay que remontarse a los meses de marzo, abril y mayo: tumbó a Bayern, Atlético y Juventus, tres clubes de máximo nivel. 10 goles y Champions a la casa. Uno de muchos recitales a lo largo de una década.
No se conforma un Cristiano que, si bien no es tan espectacular como Messi, se trata de uno de los mejores goleadores de todos los tiempos y tan decisivo como el argentino. Reclama los focos para sí un Cristiano que continúa haciendo méritos para estar entre los mejores... aunque habitualmente no se hable de ello.