Se enfrentaban el Saturday’s ThunderRidge y el Columbine en un partido de la High School League. Nadie vio venir semejante definición.
Dylan Pritchett-Ettner corrió a por un balón a la espalda de la defensa y se lo disputó al portero. Un fallo de este último dejó el esférico suelto, quizá a consecuencia de chocar con nuestro protagonista.
Y el bueno de Dylan, en lugar de haberse caído al césped como el resto de los mortales, o haberse dado un golpe espectacular, decidió hacer un buen uso de la física aprendida en clase para lograr dar una voltereta perfecta en el aire.
Aterrizó bien, se encontró el balón a sus pies y culminó la jugada. Pero cuando fue a celebrarlo se encontró con que había sido anulado. Hay quien dice que por fuera de juego, otros que por falta al portero en la disputa del balón dividido.
Sea como fuere, no subió al marcador, pero quedará para siempre en nuestras retinas, por bello y temerario.