Apenas habían pasado ocho minutos de partido cuando el Nimes dispuso de un córner a favor. El saque de esquina no terminó en gol, pero evidenció una realidad: este Mónaco pinta feo.
El desbarajuste defensivo acabó con un despeje casi bajo palos, fruto de la falta de entendimiento entre el portero, Benaglio, y sus defensas. Se alejó el peligro, pero sólo por unos segundos.
Porque Thioub recibió, se internó hasta la línea de fondo y puso un centro tenso al primer palo que Ripart cabeceó al fondo de las redes. 1-0 y a celebrar, aunque el Nimes solo se juegue la posición final.
11 de mayo de 2019
Y Ripart lo hizo dando pase con un capote taurino. Y dirán ustedes, ¿qué hace un francés, en una ciudad francesa, con una herramienta de toreo, tradición española (nos guste más o menos) por antonomasia?
La respuesta es sencilla, Nimes es una de las pocas ciudades en Francia en la que la tauromaquia es tradición. En el milenario anfiteatro de la antigua Colonia Augusta Nemausus se celebran, además de conciertos y espectáculos, corridas de toros.