Marco Russ es un hombre feliz. Al zaguero le detectaron un cáncer en un testículo tras un control antidopaje hace unos meses, pero, afortunadamente, ya ha vuelto a los entrenamientos con el Eintracht de Frankfurt.
De momento, tiene que recuperar la forma y se espera que su vuelta a los terrenos de juego se produzca en enero. Pero el primer paso, y el más importante, ya lo ha dado, que es volver a sentirse futbolista.