Con sólo Willian y Morata como hombres de corte puramente ofensivo y un Moses que evitó más peligro del que creó, Conte saltó a Wembley con más intención de defender que de atacar. Bakayoko y el delantero español se estrenaban como titulares con la camiseta 'blue', pero no tuvieron el debut esperado.
En medio de un ambiente excepcional, el Chelsea comenzó como sólo él sabe: con una intensidad agobiante para el rival. Fue así como el equipo de Conte encadenó un par de ocasiones, una de ellas muy clara gracias a un cabezazo de Morata, pero el cronómetro fue corriendo y el acierto no hizo acto de presencia hasta que Marcos Alonso lanzó su primer destello.
El carrilero español abrió la lata con un golpeo de libre directo que bien podría haber firmado Pirlo o Juninho Pernambucano. Potencia y rosca encontrando una escuadra que resultó inalcanzable para Hugo Lloris. Un gol que más que animar a su equipo sirvió para que el Tottenham se viniera arriba.
Dominio local, puntería visitante
Pero en el fútbol la suerte siempre suele adquirir un papel protagonista. Las ocasiones de los 'spurs' se sucedían durante la primera mitad. Wanyama, Kane por partida doble, Alli... todos lo intentaron y lo único que se llevaron fue impotencia para una segunda mitad prácticamente igual a la primera.
Realizó cambios Conte ya llegados a la primera hora del partido pero mantuvo su planteamiento conservador. El Tottenham, por su parte, siguió asediando y encontró el premio gracias a un autogol de Batshuayi a los pocos minutos de saltar al campo.
El autogol del ariete parecía dejar casi visto para sentencia un partido al que le quedaban menos de 10 minutos, pero de nuevo Marcos Alonso quiso que todas las miradas de los asistentes de Wembley le apuntaran. Y lo logró definiendo a la perfección una cabalgada desde banda izquierda tras un error defensivo en el centro del campo. Un gol que le dio al Chelsea sus primeros tres puntos de la temporada y evitó que el Tottenham se llevara un premio que sí merecía.